La semana pasada aprovechando que con el mal tiempo se agradece pasar las tardes o noches en casa tapada con una mantita, y que mi marido (anti carrie Bradshow) tuvo que trabajar hasta tarde pude disfrutar de mis Neoyorquinas favoritas. Si la fantástica e inimitable Audrie Hepburn y su desayuno en Tiffanys supuso un hito cinematográfico para el cine y para la ciudad de Nueva York, las cuatro protagonistas de Sexo en Nueva York, lo han sido para la televisión y han llevado exportado este glamour a todo el mundo.
Aviso a navegantes, estas películas están orientadas para fan de la serie, así que si no has visto, no te ha interesado o has aborrecido a Carrie y sus manolos mejor que te abstengas de verla, tanto esta como su secuela, estrenada este año.
Comenzamos con las cuatro protagonistas, Carrie, Charlotte, Miranda y la original Samantha, continuan con sus vidas, cinco años después del último capítulo. Las vidas de nuestras chicas han cambiado, madurando (aunque ya les vale, porque andan rondando los cincuenta), tienen parejas estables, algunas hijos, pero siguen con sus reuniones y su aficción casi enfermiza por los zapatos.
La historia como siempre gira entorno a Carrie (S.J. Parker) y a Big, que deciden formalizar su unión con un matrimonio, que poco a poco les va superando. Miranda, adicta al trabajo empieza a descuidar su familia y Samantha, siempre tan divertida y desinhibida, comienza a marchitarse en una relación donde deja de ser ella misma, reprimiendo sus instintos que la hacen tan original. Por su parte Charlotte ve cumplido su deseo de ser madre y de quedarse embarazada lo que suscita muchos miedos.
Todas estas tramas, grandes dosis de amistad, humor, amor, desamor, sexo y mucho glamour, donde las chicas más famosas de Manhattan, nos harán recordar el porque del éxito de esa fantástica serie.
Un beso
No hay comentarios:
Publicar un comentario
i